Y ya estoy en Suecia otra vez. Esta vez mi experiencia con los aviones ha ido como la seda, quitando el hecho de haber tenido que cruzar la terminal del aeropuerto de Frankfurt de lado a lado. En Frankfurt ya no había nada de nieve, al contrario que en mi viaje de ida por Munich, y el Main estaba muy crecido. Sin embargo, en Göteborg seguía todo nevado, como si nada hubiera cambiado.
Mientras hacía la maleta, descubrí que una de sus cuatro ruedas se había roto, así que agarré una de mi hermana de más o menos el mismo tamaño pero con sólo dos ruedas. Así que en cuanto puse el pie en la nieve, me acordé de la dichosa maleta, a la que tuve que arrastrar colina arriba sobre una buena capa de nieve que hacía que las ruedas no rodaran, valga la redundancia. Para acabar de rematarla, en algunas zonas el hielo que había debajo de la nieve estaba al descubierto – perfecta pista de patinaje – y hacía que muchas veces tuviera que hacer verdaderas piruetas para no deslizarme de nuevo colina abajo. Resultado: media hora muy larga para un recorrido que haría habitualmente en menos de 10 minutos.
Luego fui al supermercado y me pareció haber viajado a la URSS de hace treinta años, en comparación con los completísimos – a veces hasta demasiado – supermercados hispanos. Se me cayó un poco el alma a los pies al ver el género. Al menos, renunciando a mis convicciones, para pasar estos largos meses he traído algo de jamón, lomo, chorizo y queso.
Ante la posibilidad de mudarme a un piso del mismo tamaño pero con cocina en la habitación, hoy he ido a mirar la zona donde están los pisos (Gibraltargatan). Me ha parecido que están algo lejos de la ciudad y del super. Claro que está la calle que caminar 100 metros puede ser una aventura.
Y mañana a las 10 comienza el tercer periodo de la universidad con la presentación de una de las dos asignaturas que tengo. Para el 2 de febrero ya tenemos la primera entrega de proyecto. Y tendremos mini-exámenes cada lunes del curso. 6 en total. Además ni siquiera es un curso de mi master, así que los horarios a veces chocan con la otra asignatura, que sí es de mi programa. Va a ser una época interesante, para empezar a estudiar duro desde el primer día.
A veces pienso que las vacaciones han sido demasiado largas…
El pensiario 
gibraltarespañolgatan!
Yo no quiero Gibraltar, Gibraltar para los monos!
Aquí tampoco queda nieve, está Alto Campoo marrón, pronto volverá el invierno por aquí… digo yo.
Pues hala! a estudiar!
¡Ánimo hermanito!!! Para el hielo, te recomiendo mucho cuidado y ponte los pinchos en las botas para tener más tracción. Aquí tenemos nieve para dar y regalar, y mañana predicen lluvia helada, lo cual es «genial» para conducir. Esperemos a que el día de la marmota, que es en febrero creo, prediga que la primavera está a la vuelta de la esquina. Ay, qué ilusa soy.
Definitivamente tus vacaciones han sido demasiado largas y, claro, ahora toca el síndrome postvacacional pero piensa que ya te queda menos para volver a ver a alguien 🙂 y acabar el máster. Besitos
Vale por lo de los crampones, pero es que aquí el hielo ya no es continuo y me obligaría a ponérmelos y quitármelos continuamente para no cargármelos.
A la primavera le queda bastante todavía…
Y no es sólo síndrome postvacacional de unas muy largas vacaciones, sino el tener que presentar ya un proyecto en menos de dos semanas y que se me esté agolpando ya el trabajo (¡y sólo es el primer día!). Es pasar del relax casi total al agobio.
Y encima una mudanza a la vista…